lunes, 29 de agosto de 2016

El plan de Dios para hacerte crecer

Conectar: reflexionen sobre lo aprendido durante esta serie. ¿Qué mensaje les impactó más? ¿Por qué? ¿Qué están aplicando a su vida de pareja?

Crecer: lean juntos Efesios 5:24-31

Hoy día las palabras MATRIMONIO y CRECIMIENTO parecerían ir de contramano. La gente suele decir cosas como -- “si te casas, olvídate de tus sueños. Olvídate de crecer en tu carrera”. Muchas películas comienzan así: el tipo que tenía grandes sueños pero tuvo que casarse. Pero la Palabra de Dios nos enseña algo totalmente diferente: nos dice que Dios diseñó el matrimonio para hacernos crecer. Cuando el Apóstol Pablo dijo estas palabras, sembró una revolución, porque nadie en su época veía así al matrimonio. En aquella época había tres culturas y ninguna pensaba esto: Los judíos tenían “teóricamente” un concepto alto del matrimonio, pero la práctica del divorcio se había generalizado tanto que rompía tanto con el matrimonio como con la dignidad de la mujer. Según las enseñanzas del rabino Hillel, un hombre podía divorciarse de su esposa si esta arruinaba la comida poniéndole demasiada sal, si hablaba con otro hombre, si hablaba mal de sus suegros, si tenía mal carácter o si discutía. Obviamente, la esposa no tenía este derecho. Los griegos estaban aún peor. El filósofo Demóstenes decía “tenemos cortesanas para el placer, concubinas para la cohabitación y esposas para embarazar y engendrar hijos legítimos”. En roma la situación era diferente, pero igualmente triste. Tanto hombres como mujeres tenían un concepto del matrimonio totalmente contractual. Se casaban y de divorciaban tantas veces como querían. El matrimonio no tenía nada que ver con el amor, era una herramienta para ascender de clase social o para pagar deudas. Así que estas palabras fueron revolucionarias hace casi son mil años, y me imagino que a esta altura todos estamos conscientes de que lo siguen siendo. Estos versículos hablan del matrimonio como un compromiso santo, para toda la vida, de amor y respeto las 24hs del día, los 7 días de la semana.

1.      Para que aprendamos a amar.

Lean juntos 1 Juan 4:7, 20, 2 Corintios 5:19.

Amar a nuestra pareja las 24Hs del día, los 7 días se la semana no siempre es fácil. Nuestra pareja es la persona a la que más amamos, pero es también la persona a quien más herimos con nuestro pecado. Por esa razón muchos matrimonios llegan a odiarse. Como pastor escuché esta frase muchas veces -- “odio a mi esposo/sa”. Y es comprensible, porque el odio es la reacción natural de una persona ante la agresión. Pero la gran diferencia entre el odio y el amor es que el odio es una emoción y el amor una decisión. El odio fluye, el amor tiene que ser aprendido. Odiar es el reflejo propio de nuestra naturaleza pecadora, pero amar es un aprendizaje que nos acerca a Dios…

¿Por qué razón es más fácil amar a Dios que a nuestro prójimo? ¿Qué significa que los cristianos tenemos el “ministerio de la reconciliación”? ¿Cómo deberíamos aplicar ese principio cuando estamos enfrentando crisis que amenazan la unidad de nuestro matrimonio?

2.      Para formar en nosotros un corazón de siervo.

Lean juntos Filipenses 2:4 y Deuteronomio 24:5

El egoísmo es una de las razones por la cual mucha gente decide no casarse. Al mismo tiempo, muchos hombres se casan con la idea de conseguir una “esclava doméstica”.

¿Qué nos manda hacer Dios con nuestro esposo/a? ¿Cómo cambiarían cosas si ambos lo pondrían en práctica? ¿Qué le hace más feliz a mi pareja, cómo podría brindarle felicidad esta semana?
                                                            
3.      Para darnos pureza.

Lean juntos 1 Corintios 7:5

Históricamente se ha malinterpretado este texto. Se nos ha enseñado que significa que de vez en cuando las parejas deben dejar de tener intimidad sexual para dedicarse a la oración/ayuno. Pero ese significado es erróneo. Los especialistas en Biblia lo interpretan de esta manera: “si deben abstenerse de intimidad sexual, que sea por el menor tiempo posible, para que la tentación no afecte su vida de oración”. Piénsenlo: el sexo es algo santo, creado por Dios, y la Biblia dice que al disfrutar de intimidad sexual con mi pareja puedo ser libre de la tentación y dedicarme mejor a buscar a Dios.

¿Ven a la sexualidad como algo hermoso que Dios les ha regalado? ¿Disfrutan de ella dándole gracias a Dios?

4.      Para forjar nuestro carácter.

Pocas cosas en el mundo deben ser tan hermosas como mirar el horizonte desde el Aconcagua, la cima de América.  Esa maravillosa montaña se formó porque hay una inmensa falla en medio de dos placas geológicas, que constantemente están presionándose una a otra. Si esa falla no existiera, en lugar de la cordillera de los Andes tendríamos un desierto llano e inerte. Sería más fácil cruzar a Chile para comprar cosas, pero el camino no sería tan hermoso. Lo mismo sucede con el matrimonio: la convivencia de 24 horas, los 7 días de la semana, pone en evidencia nuestras fallas, nuestros pecados y nuestros defectos de carácter. Sin duda podés ocultarle tus miserias a tu jefe, o a los hermanos de la iglesia, pero en tu casa esas cosas quedan más que evidentes. Por esa razón el matrimonio nos da dos opciones: hacer de cuenta que el problema lo tiene “el otro” y entrar en un conflicto constante hasta llegar al divorcio. O hacerme cargo de mis defectos y trabajar en familia para corregirlos.

Lean juntos Romanos 5:3-4

Me dita sobre tu vida: ¿Qué defectos de carácter se ponen en evidencia en mi vida matrimonial? ¿Cómo dañan a mi familia? Ahora pregúntale a tu pareja ¿qué debería hacer para empezar a cambiar?

5.      Para desarrollar nuestra misión.

Lean juntos Génesis 2:18

Cuando Dios pensó en una esposa para el hombre, no dijo “voy a hacerle una compañía” o “una empleada” sino “ayuda idónea, adecuada”. Esto nos recuerda que en el matrimonio hay un sentido de propósito divino. Como dice el consejero cristiano Gary Thomas: “un matrimonio maduro se proyecta hacia fuera de sí perdiendo no solo la tiranía de los deseos individuales sino también de la tiranía de la comodidad de la pareja.”

¿Están sirviendo a Dios juntos como pareja? ¿De qué manera podrían comenzar a servir juntos, poyándose mutuamente en la FORMA que Dios les dió?

Adoración

Tengan un tiempo de agradecimiento a Dios por su matrimonio. Por los momentos hermosos que disfrutaron, y por los tiempos de dificultad que les hicieron crecer.

Algunos pasajes para meditar:
Sobre aprender a amar: La belleza del cristianismo está en aprender a amar, y pocas situaciones de la vida lo prueban tan radicalmente como el matrimonio. Sí, es difícil amar a su cónyuge. Pero si realmente quiere amar a Dios, fíjese ahora mismo en el anillo que tiene en su mano izquierda; dedíquese a explorar de nuevo lo que ese anillo representa y ame apasionadamente, con locura, perdurablemente a la persona carnal que lo introdujo allí.” (Gary Thomas)
Sobre aceptar los defectos del otro: Si tratas a un hombre tal cual es, seguirá siendo así. Pero si lo tratas como si fuera lo que debe y puede llegar a ser, llegará a convertirse en un hombre más sobresaliente y mejor.” (Goethe)
Sobre las crisis en el matrimonio:Nuestro Señor ha ordenado soberanamente que nuestro proceso de refinamiento toma lugar cuando pasamos a través de las dificultades, no alrededor de ellas. La Biblia está llena de ejemplos de aquellos que han vencido al pasar a través del desierto, del mar Rojo, del horno ardiente y finalmente de la cruz. Dios no protege a los cristianos de sus problemas, sino que los ayuda a andar victoriosamente a través de ellos. La lucha nos fortalece, nos da una fe más profunda. Pero ese resultado se alcanza solo cuando enfrentamos la lucha de frente, no cuando escapamos de ella. Si su matrimonio es difícil, arrodíllese y de gracias a Dios por haberle dado la oportunidad  de alcanzar un crecimiento espiritual sin par” (Gary y Betsy Ricucci)


Sobre la importancia de servirnos unos a otros: “Si el matrimonio es una experiencia que desilusiona a muchas personas, la razón puede hallarse en la pasividad de su fe. A la gente le disgusta que las bendiciones de Dios solo puedan hallarse cuando se buscan persistentemente. Por lo tanto, al matrimonio es tanto un regalo como una tarea que se debe realizar”. (Otto Piper)


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