lunes, 25 de julio de 2016

El más grande Amigo

“Ya no los llamo siervos… los he llamado amigos." Juan 15:15 (NVI)
El ministerio de Jesús en la Tierra no se trató solo de cumplir con una amplia agenda de actividades que desembocarían en la crucifixión. Jesús cultivó relaciones profundas de amistad con sus discípulos. ¿Tenes amigos del alma? Si hasta Jesús necesitó rodearse de amigos, nosotros también lo necesitamos. La vida cristiana se vive en comunidad, una comunidad de amigos y hermanos.
Jesús nos da lecciones prácticas de amistad:
1. Confía en las personas. ¿Sos demasiado exigente con tus amistades? Jesús no eligió a los mejores para ser sus discípulos, eligió gente común e imperfecta. ¿Sos consciente de tus limitaciones? ¿Cómo te hace sentir el hecho de ser aceptado tal cual sos? Desafío: pedile a Dios que te de los ojos para ver oportunidades de amistad a tu alrededor.
2. No demandes la perfección. Una garantía para cultivar amistades duraderas es tener expectativas realistas sobre las personas. ¿Te has decepcionado de amistades por haberlas idealizado? ¿Cuál fue tu reacción al respecto? Decepcionarte de un amigo no es razón para perderlo, al contrario, es para aprender a amarlo con mayor intensidad y perdonarlo.
3. Dale a tu amistad un propósito mayor. ¿Cuál es el propósito que reúne a tu grupo de amigos? ¿Hobbies, deportes, espacios compartidos? Jesús le dio a la amistad con los discípulos un propósito mayor, les dio una misión: evangelizar. ¿Elegís amigos intencionalmente para cumplir tu propósito eterno y ser edificado?
4. No los abandones aun en su error. ¿Hablas con tu amigo o hablas de tu amigo cuando se equivoca? Decir la verdad en amor no es decirla a medias o de forma diplomática, es ser leal. La fidelidad en la amistad se trata de advertir los errores y ayudar al amigo a verlos.
5. Arriésgate a ser trasparente. ¿Abris tu corazón a tus amigos? ¿Te da miedo mostrarte vulnerable a los demás? Jesús no tuvo miedo de, en la peor hora de su vida, abrir su corazón y expresar exactamente lo que le sucedía.
6. Da la vida por tus amigos. Quizás nadie tenga que morir literalmente por un amigo. La pregunta sería: ¿Estás dispuesto a volver la amistad una prioridad en tu vida? ¿Qué comodidades estás dispuesto a relegar por la necesidad de un amigo? Amar a tus amigos significa amarlos como a vos mismo.
7. Es difícil que alguien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. 8 Pero Dios muestra su amor por nosotros en que, cuando aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. 9 Con mucha más razón, ahora que ya hemos sido justificados en su sangre, seremos salvados del castigo por medio de él. 10 Porque, si cuando éramos enemigos de Dios fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, mucho más ahora, que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación.” Romanos 5: 7-11 (RVC)
¿Qué características del amor de Dios aparecen en estos versículos? ¿Cuál debería ser nuestra actitud frente a nuestros amigos cristianos y no cristianos? ¿Sos un agente de reconciliación?
Tiempo de Adoración y Servicio:

Oren los unos por los otros y comprométanse a cultivar las cualidades de amistad que tuvo Jesucristo. 

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