domingo, 11 de diciembre de 2016

Preparando la fiesta del encuentro: Cómo establecer prioridades

Conéctense unos con otros: pide a los miembros de tu grupo que compartan cuál es su recuerdo navideño más grato y porqué.
Crezcamos juntos:
Hombres y mujeres de la historia continúan sorprendiéndose con la efectividad de Jesús. Se siguen preguntando cómo en tan poco tiempo, ya que su ministerio duró apenas tres años, logró transformar el mundo para siempre. Me gusta la conclusión de este autor:
“Él (Jesucristo) hizo que una existencia breve, de alrededor de treinta años, abruptamente interrumpida, fuera una vida completa. No podemos admirar la belleza y el equilibrio en su vida sin tener en cuenta los factores que la hicieron posible” (A. E. Whiteham, disciplina y cultura de la vida espiritual).
El principal factor de impacto en el ministerio de Jesús fue su efectividad en el establecimiento de prioridades. En los Evangelios, podemos ver que Jesús hace aproximadamente 120 referencias a la importancia de establecer prioridades para cumplir su misión en tiempo y forma: “el tiempo debido” (Mr 12:2), “ha llegado la hora” (Jn 4:23) o “es necesario” (Lc 2:49) son frases comunes en Jesús. De hecho, la primera vez que Jesús habló en público, lo hizo para declarar a todos cuales serían las actividades en las que centraría su ministerio (lean Lucas 4:16-21). Y a eso de dedicó durante tres años: predicar las Buenas Nuevas, sanar enfermos, liberar endemoniados y también, eventualmente, resucitar algunos muertos.
Pregunta a los integrantes del Grupo ¿Llevas una agenda en la que administras el uso de tu tiempo? ¿Cuánto tiempo pasas mirando TV o entreteniéndote en las redes sociales? Probablemente al principio te digan que no mucho, pero guíalos a hacer la siguiente cuenta: que calculen cuantas horas pasan al día frente a la TV, la PC o el celular (las hs de trabajo no cuentan), luego haz que calculen cuantas horas suman en una semana, en un mes y en un año. 
Si miras un promedio de 3 hs de TV al día, y a eso le sumas 3 hs de celular… ¡al finaliar el año habrás perdido 2190hs! ¡Es la cantidad de horas que necesitas para cursar una carrera de cuatro años!
El año se está terminando, en las 3 semanas que nos quedan no podemos cambiar lo que no hicimos en las 49 restantes. No obstante, podemos hacer el ejercicio de administrar tiempo y prioridades para que las fiestas de Navidad y Año Nuevo sean unas grandes fiestas. Quisiera mostrarte un modelo de administración del tiempo y las prioridades:
“en el año 1920 el magnate del acero Charles Schwab se reunió con Ivy Lee, uno de los primeros consultores en el campo de la administración. Schwab le pidió “enséñeme cómo hacer más cosas en menos tiempo y le pagaré lo que me pida, siempre dentro de lo razonable”. Ivy le respondió: cada noche, antes de ir a dormir, tome una hoja de papel y anote las seis tareas más importantes del día de mañana, en orden de prioridad. Al día siguiente, comience por la primera hasta completarla. Y así sucesivamente. Al finalizar el día rompa la hoja y haga una nueva. No se preocupe si no termina todas las tareas, la meta principal es dedicarle el día a las más importantes… semanas después Ivy recbió de Schwab un cheque por 25.000 dólares (el equivalente a 250.000 de hoy), con una nota que decía “gracias por haberme dado la lección más útil que recibí hasta el día de hoy” (tomado de: Charles Hummel, libresde la tiranía de la urgencia).
Ejercicio para el Grupo: reparte una hoja de papel con diez ítems a cada integrante del grupo. Pídeles que anoten, sin establecer un orden, las seis cosas más importantes que deben preparar antes de que llegue la noche buena, dejando vacíos los últimos cuatro ítems. Seguramente varios incluyan en la lista “comprar los regalos”, “encargar la comida”, “acondicionar la casa”, etc. Al terminar pídeles que lean lo que anotaron. Si alguien escucha algo que no tuvo en cuenta puede agregarlo a su lista. 
Importante: si nadie anotó cosas como “mejorar mi relación con Dios”, “reconciliarme con alguien” o “bendecir a los que menos tienen”, recuérdaselo sutilmente para que lo agreguen a la lista.
En una segunda hoja, o al reverso, pídeles que anoten en orden de prioridad cuales son las seis cosas de las que se ocuparán al día siguiente

Adoremos juntos a Dios:
Tengan un tiempo de oración de dos en dos. Pídele a cada integrante que, durante la semana, se comprometa a rendir cuentas a su compañero de oración sobre el cumplimiento de las prioridades establecidas.
Sirvamos juntos al Señor:
Sería bueno que desafiaras a tu grupo pequeño a bendecir a otras personas en esta navidad. Si no lo han hecho, contáctense con los líderes de Misión en las Calles (Gerardo Bisogno) o la Misión al Desierto de Lavalle (Raúl Layana) y pregúntenles que pueden aportar para las festividades que están organiando. Pueden ayudar con comida, ropa, elementos de higiene, juguetes, etc. ¡Celebren como grupo esta navidad con un corazón de servicio a Dios!

lunes, 5 de diciembre de 2016

Preparando la Fiesta del Encuentro

Cómo reconciliarte con las personas

Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.” (Mateo 5:7 RVC)
"Este Juan irá delante del Señor, con el espíritu y el poder del profeta Elías, para reconciliar a los padres con los hijos y para que los rebeldes aprendan a obedecer. De este modo preparará al pueblo para recibir al Señor." Lucas 1:17 (DHH)

Juan anunciaba el ministerio de Jesús animando a la gente a reconciliarse con los demás. Juan los estaba preparando para encontrarse con Jesús. La paz que proponía Juan y luego Jesús reafirmaría, no era una paz exenta de conflictos (Mateo 10:34) La reconciliación implica humildad de corazón y un anhelo profundo por presentarse a Dios aprobado (2 Timoteo 2:15) pero es un proceso conflictivo en el que dos o más personas luchan con su gran Yo antes de buscar la guía de Dios en el proceso. Las semanas previas a la Navidad nos recuerdan la urgencia de estar preparados para el encuentro más esperado. Recordar el nacimiento de Jesús implica recordar aquellos asuntos pendientes que nos alejan de disfrutar una relación íntima con Dios. Preparemos nuestro corazón. Busquemos la Paz.
¿Por qué debo ser un pacificador?
1. Porque Dios me ha perdonado a mí. “(..) de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.” (Colosenses 3:13 NVI) Perdonar es soltar. Es obedecer la Palabra de Dios y dejar en sus manos la Justicia. ¿Qué situaciones te dificultan cumplir el mandato del perdón?
2. Porque el resentimiento afecta mi vida. “Una piedra es pesada, y la arena también, pero el resentimiento causado por el necio es aún más pesado.” (Proverbios 27:3 NTV) ¿Existe resentimiento en tu vida? Compartí con tu grupo.
3. Porque si no perdono, Dios no me perdonará. “pero si te niegas a perdonar a los demás, tu Padre no perdonará tus pecados” (Mateo 6:15 NTV) ¿Crees que existen excepciones para ejercer el perdón?
¿Cómo puedo ser un pacificador?
La mejor manera de comenzar a cumplir éste desafío de Jesús, es empezando por mí mismo. Si hay una persona con la cual has discutido y en éste momento están distanciados, podes comenzar tratando de restaurar esa relación. Los siguientes consejos te serán de ayuda:
1. Planifica un encuentro de reconciliación. “si… te acuerdas de que alguien está enojado contigo… ve de inmediato a reconciliarte con esa persona.” (Mateo 5:23-24 TLA)Hagan todo lo posible por vivir en paz con todos.” (Romanos 12:18 NTV)
A pesar de los temores que puede causarnos el encuentro, la Biblia dice que si estamos mal con alguna persona, debemos tomar la iniciativa de planificar un encuentro. No importa quien haya sido culpable del distanciamiento.
2. Hace lo posible por ponerte en el lugar del otro. “No se ocupen sólo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás.” (Filipenses 2:4 NTV) Esto significa tratar de ponernos en el lugar de la otra persona, entender cómo se siente.
¿Cuáles son sus necesidades? ¿Cómo esas necesidades están pudiendo influir en su mal comportamiento? ¿Cómo nuestro distanciamiento puede estar causándole dolor?
3. Cuida tu manera de hablar. “La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego.” (Proverbios 15:1 NVI)
¿Cómo es tu estilo de hablar cuando estás en desacuerdo con alguna persona? Seguro mejorarás mucho tus relaciones si evitas un lenguaje agresivo, confrontativo o hiriente, y lo cambias por un estilo más amable y comprensivo.
4. Enfatiza el perdón de Dios.Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación” (2 Corintios 5:18 NVI)
Ya sea que vos hayas causado el conflicto, la otra persona, o sea responsabilidad de ambos, enfatiza siempre que el motivo de la reunión es tu conciencia del perdón inmerecido de Dios sobre tu vida. Así como Dios nos reconcilió en Cristo, nosotros debemos buscar la reconciliación unos con otros.
5. Obedece más allá de tus sentimientos. “Dejen que la paz de Cristo gobierne sus corazones” (Colosenses 3:15 TLA)
Buscar la reconciliación no es simplemente una cuestión de deseo, sino de obediencia. ¿Estás dispuesto a dejar de lado tus sentimientos y dejar que la perspectiva de Dios gobierne tu vida?

Cierre y adoración: El enfrentar los contratiempos de la vida de acuerdo a los valores del reino es una forma de hacer la Paz. (Ro 14:19) Uno de los primeros pasos para lograrlo es tener paz interior, solo aquella persona que resolvió sus propios conflictos (complejos, traumas, heridas, etc.) puede rendirle por completo su corazón a Dios y transformarse en pacificador (Jn 14:27) El que hace la Paz está involucrado en la misma obra que hace el Dios de Paz (2° Co 13:11)

miércoles, 23 de noviembre de 2016

El poder de la Obediencia

Basado en Lucas 5.1-11

Para Simón Pedro era una mañana como tantas otras: había trabajado toda la noche, y a pesar de sus esfuerzos y experiencia en el rubro, no había logrado atrapar ni un solo pez. Sin embargo en el corazón de Jesús estaba el propósito de utilizar ese día para transformar la vida de Pedro y sus amigos para siempre. Aquel día, el viejo pescador de Galilea recibiría la lección más grande de su vida: aprendería el poder que libera el obedecer a Jesús. Te invito a que repasemos juntos ésta historia para encontrar en ella el secreto de la obediencia de Pedro. A través de su ejemplo, aprenderemos cuales son los principios espirituales que permiten una vida de bendición.

1.       La obediencia significa ser fieles a Dios en las pequeñas cosas.

Pedro estaba muy cansado y tranquilamente podría haberle dicho a Jesús, a quién al parecer ya conocía: “—Jesús, estoy muy cansado, por favor súbete a la otra barca pues yo estoy  tratando de terminar para irme a mi hogar”. A pesar del cansancio y de su carencia de deseos, Pedro accedió a que Jesús subiera a su barca y la utilizara como plataforma para la enseñanza. La simple decisión de obedecer a Jesús permitió que ese día se desatara un torrente de bendiciones sobre la vida de Pedro y sus amigos.

Debemos saber que al obedecer a Jesús en las pequeñas cosas, Él nos capacita para desafíos aún mayores. ¿Cuáles son las pequeñas cosas que Jesús te está pidiendo obedecer? Tal vez tenga que ver con cambiar tu lenguaje, tu manera de pensar en algunos aspectos, o tal vez te está pidiendo que le hables de Él a algún amigo. No importa cuán simpe sea lo que Jesús te está pidiendo, el obedecer en las pequeñas cosas es la clave para recibir mayores desafíos y bendiciones.

2.       La obediencia implica realizar tareas que a nuestra lógica pueden parecer irracionales.

Jesús dijo “lleva la barca hacia la parte más honda del lago, y echen allí sus redes para pescar” (v.4) Pedro bien podía haberse negado a esa petición. Él era un pescador experimentado, y Jesús un carpintero que no sabía nada de pesca. La decisión de volver al agua, en pleno día y con la evidencia de que “no había pique” era suficiente para decirle a Jesús que su propuesta no era lógica. Sin embargo, en el corazón de Pedro existía una certeza: algo en Jesús decía que valía la pena hacerle caso. Por eso su respuesta fue: “Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y no hemos pescado nada; pero ya que tú me lo pides, echaré la red” (v.5).

Los planes de Dios no siempre cuadran perfectamente con nuestra humana racionalidad. Es más ¡a veces van totalmente en contra de ella! Recordemos que el Señor dice: “Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni son sus caminos mis caminos. Así como los cielos son más altos que la tierra, también mis caminos y mis pensamientos son más altos que los caminos y pensamientos de ustedes” (Isaías 55.8-9). ¿Está Dios pidiéndote que le obedezcas en algo que te parece irracional? ¿Tienes miedo de que obedecer a Jesús genere la burla de tus amigos o familiares? Recuerda que la voluntad de Dios para tu vida es perfecta (Romanos 12.2) y aunque al mundo le parezca irracional obedecerle, los hijos de Dios sabemos que si obedecemos jamás seremos defraudados.

3.       La obediencia es la clave para recibir la bendición de Dios.

Pienso que a Pedro se le pudo hacer cruzado por la cabeza: “-- ¿y si no pesco nada? Si Jesús se equivoca sólo obtendré la burla de mis amigos que se reirán desde la orilla”. Tener dudas no es malo, lo malo es dejarse paralizar por ellas. Pedro, a pesar de los argumentos que pudo haber presentado para no obedecer a Jesús, tomó coraje y se dirigió donde el maestro le indicó ir. ¿Cuál fue el resultado? Pedro echó las redes a la orden de Jesús “y fue tal la cantidad de peces que atraparon, que la red se rompía” (v. 6).
Hay un principio espiritual en éste suceso: cuando decidimos obedecer a Jesucristo, Él no nos falla. Al hacer las cosas tal y como Jesús nos lo indica siempre, pero siempre, recibiremos de su bendición. ¿En qué aspectos de tu vida consideras que necesitan obedecer más al Señor? Seguramente al leer la Palabra de Dios observas que hay en tu vida aspectos que debes comenzar a modificar, hábitos a los que debes renunciar, relaciones con las que debes terminar. No importa cuales sean los desafíos que Dios te esté presentando: si eres obediente, verás la bendición sobre tu vida.

4. La obediencia nos capacita para enfrentar mayores desafíos.

Al ver con sus ojos semejante milagro, Pedro comprendió que en Jesús reposaban el poder y la santidad de Dios, por eso “cayó de rodillas ante Jesús y le dijo: «Señor, ¡apártate de mí, porque soy un pecador!” (v.8). Más tarde, comprenderá el significado profundo de sus propias palabras: el no merecía el amor y la misericordia de Jesús sobre su vida. Ellos son un don de la Gracia de Dios, que más tarde se manifestarían plenamente  en la Cruz. Sin embargo, a pesar de sus defectos y pecados, Jesús decidió llamar a Pedro a una tarea más grande: “no temas, que desde ahora serás pescador de hombres”, dijo Jesús (v.10). Pedro era un hombre lleno de defectos y limitaciones, sin embargo su decisión de obedecer a Jesucristo con todo su corazón, marcó el inicio de una vida llena de desafíos. Aquella mañana amaneció siendo un humilde y desilusionado pescador de Galilea, pero al finalizar el día recibió el llamado que transformaría su vida para siempre: desde ahora sería el fiel discípulo de Jesús y futuro Apóstol, pilar de la iglesia primitiva.

La historia termina diciendo que tanto Pedro como Jacobo y Juan, sus socios: “llevaron entonces las barcas a tierra, y lo dejaron todo para seguir a Jesús” (v.11). Ellos descubrieron que la obediencia a Jesucristo es el tesoro más grande que un ser humano puede poseer. ¿Qué estás esperando para ser obediente a Dios y su Palabra? ¡Obedecer a Jesús vale la pena! De hecho ¡Obedecer a Jesús vale más que todo!

Para reflexionar:

¿En qué áreas de mi vida necesito ser más obediente al Jesús? ¿Hay algún aspecto de mi vida que deba cambiar? ¿Hay algún desafío al que no estoy respondiendo?

Piensa en alguna vez en que obedeciste a Jesús ¿Cuál fue el resultado? ¿Fuiste avergonzado? ¿Te defraudó el Señor?

Medita y trata de completar con tus palabras ésta frase “No debo tener miedo de obedecer a Jesús, porque…”


sábado, 12 de noviembre de 2016

Sígueme – Guía de aplicación del mensaje


Este fin de semana el Pr. Santiago nos habló de lo que significa ser un cristiano. Un cristiano es alguien que sigue a Jesús (Mateo 9:9). Y un seguidor de Jesús es alguien que vive y actúa como Jesús lo hizo (Filipenses 2:5). El siguiente cuestionario te ayudará a evaluar cada una de las áreas que caracterizan a un seguidor de Jesús para trabajar sobre ellas. La puntuación representa lo siguiente:

1. Siempre, 2. Casi siempre, 3. A veces, 4. Casi nunca, 5. Nunca.


Es importante que seas honesto con vos mismo, ya que solo así podrás crecer y experimentar la libertad de Dios para vos.  Una vez realizado el cuestionario, reúnanse de a dos para compartir cuales son las áreas en las que necesitan comprometerse a trabajar juntos para mejorar.




Confío en que Dios está al control (DEPENDENCIA)
Cuando tengo un problema, lo llevo a Dios inmediatamente
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Cuando escucho las noticias del mundo actual, mi primera reacción es declarar mi confianza en Dios
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Mi fe me hace tener una actitud positiva y alegre ante la vida
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Mi empleo del dinero muestra mi fe en Dios
1 – 2 – 3 – 4 – 5

La oración determina la manera en la que veo las circunstancias
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Cuando las personas se quejan de la vida, les hago ver las cosas desde la perspectiva de Dios
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Aunque no vea la salida a un problema, conservo la calma porque Dios está al control
1 – 2 – 3 – 4 – 5


Total:
Integridad en cada área de mi vida (SANTIDAD)
Soy la misma persona en público y en privado
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Estoy experimentando victoria sobre el pecado
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Tengo un mentor a quien doy cuentas de mi vida
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Cuido mi salud, como sano y hago ejercicio
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Todo lo que tengo proviene de fuentes legítimas
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Soy fiel en mis diezmos y ofrendas
1 – 2 – 3 – 4 – 5

En mi vida no hay nada que no haya rendido/entregado a Dios
1 – 2 – 3 – 4 – 5


Total:
Profundizo en mi relación con Dios (CRECIMIENTO)
Leo la Palabra de Dios
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Hablo con Dios en oración
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Dios habla personalmente a mi corazón
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Evito actividades que me restan tiempo con Dios.
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Tomo los talleres y cursos de crecimiento que la iglesia me ofrece
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Busco honrar a Dios con todo lo que hago
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Cuando Dios me muestra su dirección, obedezco inmediatamente
1 – 2 – 3 – 4 – 5


Total:
Control de mis emociones y reacciones (SANIDAD, RESTAURACIÓN)
Frente a la presión, conservo la calma y la mansedumbre.
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Me considero una persona equilibrada en sus emociones
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Mis seres queridos disfrutan compartiendo conmigo.
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Estoy dispuesto a pedir ayuda frente a cualquier actitud que no refleje a Cristo en mí
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Alabo a Dios en los momentos difíciles.
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Mis decisiones se basan en lo que creo correcto, no en lo que siento.
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Estoy haciendo avances en las áreas críticas de mi carácter
1 – 2 – 3 – 4 – 5


Total:
Persevero a pesar de las circunstancias (PERSEVERANCIA)
Estoy trabajando activamente para alcanzar el sueño de Dios
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Frente a los problemas, redoblo mis esfuerzos
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Espero una palabra clara de parte de Dios antes de tomar una decisión importante
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Aprendo de mis errores y fracasos
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Me defino como una persona ordenada y disciplinada
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Ignoro las críticas destructivas hacia mis proyectos
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Busco rodearme de personas que me inspiran en mi sueño
1 – 2 – 3 – 4 – 5


Total:
Ofrezco voluntariamente mis habilidades (MISERICORDIA)
Empleo con regularidad tiempo para servir a Dios
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Estoy sirviendo con los dones que Dios me ha dado
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Mis experiencias dolorosas son una herramienta con la que sirvo a los demás
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Disfruto de dar sin recibir nada a cambio
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Mi servicio a Dios es una fuente de vitalidad y gozo.
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Busco maneras de mejorar la calidad de mi actual ministerio
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Entusiasmo a otras personas para que se sumen a las áreas donde sirvo.
1 – 2 – 3 – 4 – 5


Total:
Considero importante a mi familia de fe (PERTENENCIA)
Mi relación con otros miembros de la iglesia es profunda y significativa
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Me reúno semanalmente con otros creyentes para estudio y compañerismo
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Todo en mis relaciones está claro y resuelto
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Me resulta familiar abrir mi corazón frente a otros creyentes
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Empleo tiempo y recursos en servir a mi familia de fe
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Soy reservado cuando alguien me confiesa algo personal
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Me agrada escuchar a los demás para alentarlos y aconsejarlos.
1 – 2 – 3 – 4 – 5


Total:
Valoro lo que Dios ama (PASIÓN)
Siento responsabilidad por quienes no conocen a Jesús
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Busco establecer relaciones con personas no creyentes
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Hablo de mi relación personal con Jesús cada vez que converso con alguien
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Estoy dispuesto a ir donde Dios quiera llevarme con tal de anunciar su salvación
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Oro por mis conocidos no creyentes
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Busco aprender nuevas estrategias para hablar a las personas de Jesús
1 – 2 – 3 – 4 – 5

Invito a mis amigos que no conocen a Jesús a las actividades que la iglesia organiza
1 – 2 – 3 – 4 – 5


Total: