La vida se trata de decidir. Desde
niños se nos enseña que hay dos opciones, las que nos conducen a buenos
resultados y las que no. Con el paso del tiempo las advertencias de los adultos
dejan lugar al propio discernimiento. Ahí comienza la diversión: decidir ¿Qué
estudiar, dónde, cómo sostener económicamente mis proyectos? ¿Trabajo y
estudio, estudio o trabajo, dónde trabajo? Tengo trabajo pero no se adapta a mi
FORMA ¿Debo renunciar? ¿Cuándo? A su vez, las decisiones más importantes de la
vida van acompañadas de las opiniones y consejos de nuestro círculo social y
afectivo (familiares, pareja, amigos, líderes, compañeros de trabajo, etc.) La
combinación de todo tu mundo interior y las influencias del entorno cercano
pueden colisionar sino buscamos la sabiduría que viene de Dios para tomar
decisiones sabias.
El libro de Proverbios es un manual de
consejos prácticos para la vida cotidiana. La diferencia entre un consejo y un
mandamiento es que el segundo es más fácil de identificar. La Biblia dice “no
robarás”, no dice “te aconsejo que no robes”. En la vida cristiana existe una
gran cantidad de asuntos que no aparecen determinados por mandamientos. Es el
terreno donde nuestro libre albedrío se ejercita. Se trata de elegir entre lo
bueno y lo mejor para nuestra vida. La sabiduría es la clave para este
ejercicio de obediencia práctica. “Si a
alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues
Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie.” Santiago 1:5 (NVI)
Repasemos algunas enseñanzas del libro
de Proverbios sobre cómo tomar decisiones sabias:
1.
La mirada en el cielo:
La Palabra de Dios es nuestra
principal fuente de sabiduría para la toma de decisiones. Ella nos dice que es
lo que alegra el corazón de Dios, que espera Él de nosotros y que es lo mejor
para nuestra vida. ¿Qué lugar ocupa la Biblia en tu proceso de toma de
decisiones? la pregunta:“¿qué opina Dios
al respecto?” es la primera que debemos hacernos antes de tomar cualquier
tipo de decisión en nuestro trabajo, vocación, servicio en la iglesia, etc.
Lean los siguientes versículos y
expliquen con palabras propias cómo la Palabra de Dios nos da sabiduría para
tomar buenas decisiones:
“La
sabiduría es lo primero, ¡Adquiere sabiduría! Por sobre todas las cosas
adquiere discernimiento” Proverbios 4: 7 (RVC)
“Toda
la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y
para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos
equivocados y nos enseña a hacer lo correcto” 2 Timoteo 3:16 (NTV)
“Elalimento
sólido es para los que ya han alcanzado la madurez, para los que pueden
discernir entre el bien y el mal, y han ejercitado su capacidad de tomar
decisiones.” Hebreos 5:14 (RVC)
2.
Los pies en la tierra:
Antes de tomar cualquier decisión
debes tener suficiente información sobre el tema, el objetivo es tener una
visión realista sobre lo que quieres alcanzar. Seguramente te pasó creer tener
la idea más novedosa del mundo y en poco tiempo darte cuenta que medio millón
de personas tuvieron la misma idea o, peor aún, ya la implementaron. Una buena
idea aplicada a un contexto real es la mejor idea.
¿Qué proyectos empezaste con
entusiasmo y al poco tiempo te diste cuenta que no conocías todos los aspectos
del mismo? (micro emprendimientos, estudios, cursos, un nuevo trabajo).
“Las personas sabias piensan antes de
actuar; los necios no lo hacen y hasta se jactan de su necedad.”
Proverbios 13:16 (NTV)
3.
Buenos consejeros = buenos consejos:
“El
corazón prudente adquiere conocimiento, los oídos de los sabios procuran
hallarlo” Proverbios 18:15 (NVI)
“Cuando
no hay buen guía, la gente tropieza; La seguridad depende de los muchos
consejeros” Proverbios 11:14 (RVC)
Antes de tomar una decisión, los grandes
líderes buscan consejo en las personas adecuadas. Bill Hybels, autor del libro Liderazgo Audaz, nos habla de tres
clases de mentores o consejeros:
·
Mentores de evaluación de riesgos: personas
que hayan abierto la brecha, experimentado lo que estamos por hacer y puedan
aconsejarnos sobre costos, dificultades, factores a tener en cuenta, etc. La
clave es preguntarles ¿Qué debo tener en
cuenta?
·
Mentores de excelencia: aquellas personas que
aunque no sean especialistas en el campo en que estamos incursionando, son un
modelo de experiencia, eficiencia y dedicación en todo lo que hacen. la clave
es preguntarles ¿Qué harías en mi lugar?
·
Mentores morales: aquellas personas que nos
digan si lo que pensamos hacer es correcto, si agrada a Dios, si beneficiará a
otras personas, etc. La clave es preguntarles ¿crees que esto es lo correcto?
Un dicho popular enseña que “quien aprende de sus errores es sabio, pero
quien aprende de los errores de los demás es aún más sabio”.
4.
Establecer una meta:
“Dirige
la mirada hacia adelante; fíjate en lo que tienes delante de tus ojos. Piensa
qué camino vas a seguir, y plántate firme en todos tus caminos.”
Proverbios 4:25-26 (RVC)
La principal diferencia entre un sueño
y una meta es que esta última tiene una fecha límite. Cuando un sueño tiene
objetivos claros en un tiempo determinado se transforma en meta. Las metas
pueden ser a corto, mediano y largo plazo. En todas las instancias se debe
poner una fecha, enfocarse en el objetivo y establecer prioridades.
¿Cómo debes ordenar tus prioridades
para cumplir con las metas que te has propuesto? ¿Tenés algún sueño que nunca
se transformó en meta? ¿Cuál?
5.
Evaluar los costos.
“No te acorrales al hacer una promesa apresurada a Dios y calcular el costo después.” Proverbios 20:25 (NTV)
“No te acorrales al hacer una promesa apresurada a Dios y calcular el costo después.” Proverbios 20:25 (NTV)
Ninguna
decisión sabia puede prescindir de una profunda evaluación de costos. ¿Cuál es
el costo económico de la decisión? ¿Qué costo sobre tus relaciones personales
tendrá? ¿Qué costo de tiempo deberías invertir? En la evaluación de costos
debes prever aún los problemas, no plantear posibles soluciones pero saber que
frente a una gran decisión siempre habrá dificultades. Por eso es necesario que
te preguntes si estás dispuesto a afrontar el costo de los problemas que te
sobrevendrán.
¿Cuál es
tu experiencia con respecto a la evaluación de costos en las decisiones de tu
vida?
6.
Confrontar los miedos.
“El temor al hombre es un lazo, pero el
que confía en el SEÑOR estará seguro.” Proverbios 29:25 (LBLA)
El miedo es bueno como forma de
alertar el peligro. Pero deja de ser saludable si se transforma en un
paralizador de decisiones en la vida. El proverbio nos recuerda que la libertad
y el miedo no pueden ir juntos. Una persona que teme está atada. La confianza
en Dios brinda seguridad y libertad.
¿Qué temores paralizan tus decisiones?
¿Qué miedos debes confrontar para caminar hacia las metas que propusiste?
7.
Dar un paso de fe.
“Pon
toda tu confianza en Dios y no en lo mucho que sabes. Toma en cuenta a Dios en
todas tus acciones, y él te ayudará en todo.” Proverbios 3:5-6 (TLA)
Todo significa que nada falte, que
ningún aspecto quede afuera. ¿Cómo está tu nivel de “todo” de Dios? Dar un paso
de fe en las decisiones de la vida implica depender de Dios completamente.
Mediten en el siguiente fragmento:
“Yo
tengo la filosofía la cual llamo, salta, que dice que aquellos de ustedes que
necesitan tener el cien por ciento de seguridad antes de hacer algo, nunca van
a hacer nada. No te vas a casar, no vas a cambiar de trabajo, no vas a iniciar
un negocio. Yo creo que está bien el querer tener el treinta, cuarenta o
cincuenta por ciento de seguridad en algo e imaginarte el resto. Si no estás
seguro de poder nadar, nada de todos modos”(Mark Burnett)
¿En qué aspecto de tu vida estás
necesitando dar un “salto”? ¿Qué te permite, como hijo de Dios, dar ese salto
hacia lo desconocido?
Tiempo
de adoración
¿En qué área de tu vida necesitas
urgentemente tomar una decisión sabia? decile a Dios: “Señor, ayúdame a conocer tu voluntad en medio de todo esto, dame de tu
sabiduría para saber discernir qué es lo correcto. Lléname de tu Espíritu Santo
para hacer frente a mis miedos y caminar por fe. Quiero que hagas de mí un
hombre/mujer audaz. Sé que no vas a fallarme. En el nombre de Jesús. Amén.”
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